Sobre el qualia: el regalo de la vida
- Brandon CJ
- 12 sept
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Actualizado: 12 sept

Son 86 mil millones de neuronas y otras 86 mil millones de células no neuronales las que dirigen y soportan el pensamiento humano (Herculano-Houzel, 2009). Las neuronas se organizan por grupos mediante una conexión, llamada sinapsis, lo que da lugar a la memoria, percepción, movimiento, etc. Desde la década de 1940, con la propuesta de una representación lógica de dicho proceso por McCulloch y Pitts (1943) y el análisis del mecanismo de aprendizaje de nuestra mente por Hebb (1949), el ser humano se ha dispuesto a replicar estos fenómenos, inspirando el desarrollo de las computadoras y, más tarde, de la inteligencia artificial que hoy forma parte fundamental de nuestras vidas.
Sin embargo, a todo este estudio fisiológico profundo de la mente humana (que, si consideramos como origen las observaciones de Hipócrates en su obra Sobre la enfermedad sagrada (Hipócrates, trad. Jouanna, 2000), lleva ya unos 2400 años), se le ha escapado el origen del más íntimo elemento de nuestra existencia: la sensación, el qualia.
El qualia se ha definido como la cualidad subjetiva de una experiencia consciente particular (Chalmers, 1996). Es, por ejemplo, cómo se siente ver el color rojo, saborear un café o sentir amor; es decir, la experiencia única y meramente personal de cada ser vivo en el mundo.
Esta experiencia escapa de una explicación científica completa por quienes han dedicado a estudiar la mente, tanto así, que a la comprensión de esta cuestión se le ha situado dentro de los "problemas difíciles" del estudio de la conciencia (Chalmers, 1995). Se comprenden los procesos lógicos cerebrales y los efectos de ciertas emociones o sensaciones en nuestra mente, pero no se entiende el porqué sentimos. Es decir, se entiende qué reacciones tiene el cuerpo al recibir un beso en la boca, pero no se comprende el cómo es que podemos sentir los labios de nuestro/a compañero/a.
Esto no puede reducirse a una descripción del sistema nervioso. La neurociencia explica con detalle qué neuronas se activan cuando vemos un color o sentimos dolor, pero esa descripción no contiene la vivencia subjetiva de lo que es “ver rojo” o “sentir dolor”. Podemos mapear las reacciones del cerebro, pero ese mapa no revela cómo es experimentarlas desde dentro (Chalmers, 1995).
El misterio de este elemento fundamental de nuestra experiencia vital es su posible inutilidad biológica; aún no se comprende su rol en la supervivencia de los seres vivos que gozan de este privilegio. Hay quienes lo sostienen como un epifenómeno: un subproducto inevitable de la complejidad cerebral (Jackson, 1982), sin función directa, como la sombra de un objeto: está ahí, pero no “sirve” para nada. Así, el puente de nuestra mente con el universo puede ser un simple capricho del desarrollo de la existencia misma o, como yo lo veo, un regalo.
Que en los 13.8 mil millones de años de existencia y expansión del universo (Planck Collaboration, 2018/2020), alguno de los infinitos procesos iniciados en algún punto de éste tenga como evento la composición del cuerpo, mente y alma, que como consecuencia natural de su complejidad (y, probablemente, sin utilidad alguna), hoy me permite sentir el aire en la cara que entra por mi ventana durante la noche en la que escribo esto, me parece extraordinariamente bello.
Así, el dolor, el amor, la ira, la felicidad y la depresión dejan de ser simples reacciones o emociones y se perciben más como privilegios de quienes, en la infinidad de posibilidades del universo, nos tocó vivir.
Fuentes:
Herculano-Houzel, S. (2009). The human brain in numbers: A linearly scaled-up primate brain. Frontiers in Human Neuroscience, 3:31.
McCulloch, W. S., & Pitts, W. (1943). A logical calculus of the ideas immanent in nervous activity. The Bulletin of Mathematical Biophysics, 5, 115–133.
Hebb, D. O. (1949). The Organization of Behavior: A Neuropsychological Theory. Wiley.
Hipócrates. (1923). On the Sacred Disease. In W.H.S. Jones (Trans.), Hippocrates, Vol. II. Harvard University Press.
Chalmers, D. J. (1995). Facing Up to the Problem of Consciousness. Oxford University Press.
Jackson, F. (1982).
. The Philosophical Quarterly, 32(127), 127–136.
Planck Collaboration (Aghanim et al.). (2020). Planck 2018 results. VI. Cosmological parameters. Astronomy & Astrophysics, 641, A6.
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